El consejo de administración es un órgano colegiado que, si se implementa y ejecuta de manera correcta, es capaz de llevar a la empresa a un nivel superior en términos de confianza, rendición de cuentas y transparencia. A pesar de que se constituye para gestionar de mejor manera la empresa o el grupo empresarial; también es cierto que genera un capital social importante, al incrementar el prestigio y el networking del ente económico.
La acepción de capital social al que hace referencia este artículo es a la propuesta por Raúl Serebrenik: “conjunto de relaciones y contactos que maneja la organización y los miembros de la familia y cómo los gestionan en beneficio de lograr los propósitos de continuidad y legado”.
Además de cuidar el interés de todos los socios miembros familiares por igual, siendo objetivo y equitativo en sus planteamientos; es indudable el impacto en networking y relaciones públicas que aporta un consejero independiente cuando es debidamente seleccionado y su nivel de involucramiento es el adecuado; lo anterior viene como consecuencia de cualquiera de los siguientes supuestos: porque su ámbito de influencia abarca áreas distintas a las de los socios, o porque cuenta con una mayor autoridad en determinados entes empresariales.
Dentro de mi experiencia, puedo testificar casos muy concretos donde se ha seleccionado a un consejero independiente con fines de cabildeo ante regulaciones que afectan o podrían llegar a hacerlo; como ha sido el caso de regulaciones ambientales o procesos de entrada a la bolsa de valores. En todos los casos, el consejero estuvo muy involucrado en el proceso que le fue conferido, abrió puertas necesarias para que la empresa pudiera continuar su camino y fungió como guía para el resto de los consejeros en dicha materia.
Debido a que el consejo de administración debe ser configurado a medida de las necesidades de cada empresa en particular, invito a nuestros lectores a reflexionar sobre este rol en particular en su consejo.
Asignar la responsabilidad del networking y relaciones públicas a un solo consejero o encomendar esta misión a todos los consejeros, principalmente a los independientes, ayudará a la empresa a conquistar nuevos mercados, mejorar su reputación o lograr salir bien librada ante las regulaciones. Asimismo, para los lectores que se dediquen a la consejería, vale la pena preguntarse constantemente cuáles son las verdaderas necesidades de las empresas que forman parte y, en consecuencia, qué tipo de capital requieren de ustedes.
Dar la debida importancia y determinar correctamente el perfil de los consejeros independientes es la diferencia entre tener un consejo de administración “de papel” y lograr un consejo de administración de alto valor agregado que ayude a la empresa a cumplir con su planeación estratégica mientras vela por los intereses de todos los socios.
Más sobre el autor:
Ramiro Záizar
Gerente Sr. en temas de Gobierno Corporativo, Planeación Estratégica e Implantacion de Comités de Prácticas Societarias, Auditoría, Riesgos y Consejos de Administración en más de 20 empresas a nivel nacional.