¿Te has preguntado cómo integrar prácticas que construyan una cultura de inclusión y diversidad en tu empresa? En esta columna me gustaría compartir algunas prácticas que he tenido oportunidad, tanto de conocer, como de acompañar en la construcción de algunas de éstas y que son parte de esta aventura que desde hace varios años he recorrido, tanto como consultora de empresas, como Coach del Programa de Mejores Empresas Mexicanas y como catedrática integrada al Centro de Empresas Conscientes del Tecnológico de Monterrey.
Resulta verdaderamente inspirador conocer los casos de éxito de empresas de diferentes tamaños y sectores al descubrir cómo estas prácticas aparte de ofrecer estabilidad y tranquilidad a sus colaboradores (algunos en verdadera situación de vulnerabilidad) logran construir muy sólidas culturas conscientes. Con ello, conformando equipos de alto rendimiento que se mantienen atrayendo y conservando al mejor talento, logrando un mayor retorno de inversión frente a las empresas que no tienen dichas prácticas. Previo a enlistar algunas de las iniciativas, me parece muy relevante resaltar lo importante que se vuelve la definición de una métrica para cada práctica. Y estoy muy consciente que eso dependerá del objetivo que definamos para cada una, así como del momento que cada empresa vive.
Veamos cómo podemos hacer que tu empresa sea un lugar en el que se vaya construyendo esta cultura de inclusión y diversidad:
El talento es lo que cuenta: contratación incluyente sin distinción de género, edad o discapacidad y quitando estereotipos que pudieran limitar la inclusión.
Campaña de sensibilización sobre diversidad e inclusión: puede ser desde conferencias, talleres, cursos y hasta concursos. O bien una capacitación formal de largo plazo o permanente.
Equipo directivo equilibrado: es muy relevante que el equipo esté conformado en equidad de género al igual que equidad de oportunidades en función de la edad.
Construcción de equipos multigeneracionales de alto rendimiento: una práctica que puede iniciar con un taller de sensibilización hasta ir definiendo una estrategia para consolidarlos.
Jornada del orgullo: en la que puedan celebrar el por qué se sienten felices, ya sea por su origen, género, edad, etcétera.
Beneficios para papás y mamás: algo adicional a lo que la ley establece y que puede ir desde algo tan simple como, otorgar un medio día a los colaboradores tanto por el Día de la Madre, como por el Día del Padre.
Equipos de acción: grupos de colaboradores que se integran para promover la diversidad dentro de la empresa y fortalecen el sentido de pertenencia a la organización.
Estas son algunas de las prácticas más comunes, sin embargo, aún tenemos un camino por recorrer en la construcción de empresas con una cultura más consciente, diversa e incluyente.
La invitación e inspiración están en la mesa; las nuevas generaciones nos motivan a reflexionar y actuar de forma mucho más consciente y cada vez los movimientos empresariales se están encaminando a ese despertar consciente, así como a perseguir un propósito mucho más elevado de nosotros como seres humanos y de nuestras empresas.
Seamos parte de esa evolución y fortalezcamos nuestras empresas.
Más sobre el autor:
María Guadalupe Márquez Tapia
Directora de Programa de la Licenciatura en Creación y Desarrollo de Empresas, así como de la Licenciatura en Emprendimiento en el ITESM-CEM.